"Cuando tus deseos se hacen realidad y solo la pasión es capaz de guiarlos"...



sábado, 17 de abril de 2010

MAGIA EN LA TIERRA DEL FUEGO 2

MAGIA EN LA TIERRA DEL FUEGO (SEGUNDA PARTE)

"Afortunadas Islas que adornan el Atlántico,

el mundo tiene una Europa,

Europa tiene una España,

y España tiene un jardín,

que son nuestras Islas Canarias..."

EDWARD

Llegué a la habitación y mi Bella estaba tumbada en una de las hamacas de la terraza, ella había subido antes mientras yo hablaba con el recepcionista, me acerqué a ella besando su pelo mientras aspiraba su particular aroma a frutas, me senté en la hamaca que estaba a su lado mientras me quedaba embelesado recorriendo su cuerpo con mis ojos que cada vez se oscurecían mas producto del deseo, mi Diosa estaba tumbada a la luz de la luna vistiendo un corto camisón blanco de seda salvaje dejando que sus suaves y turgentes pezones se marcasen levemente tras la tela...

-¿Ve algo que le guste señor Cullen?-, preguntó mi Ángel aún con los ojos cerrados sin mirarme mientras sonreía...

-Me gusta todo, lo que veo y lo que imagino-, le respondí mientras acercaba mis labios a su oído exhalando mi aliento haciendo que se estremeciera de placer ante mi cercanía...

Con mi mano comencé a acariciar su muñeca mientras subía lentamente por su antebrazo hasta llegar a su hombro y con delicadeza bajaba el tirante de su camisón depositando besos en su desnuda clavícula, me puse de pie para hacer lo mismo con el otro brazo, mi Bella seguía con los ojos cerrados aunque yo notaba como su cuerpo comenzaba a reaccionar ante mis caricias, su piel se erizaba con cada suave roce y sus pezones cada vez se marcaban mas a través de la tela...

Me coloqué de pie sobre ella que aún estaba tumbada y empecé a deslizar el fino camisón por su cuerpo dejando expuestos sus pechos desnudos y sus braguitas de encaje, una vez que la ropa había desaparecido hice lo mismo con mi camisa y mis pantalones quedando yo también solo en calzoncillos...

Volví a colocarme sobre ella pero esta vez descansando mi cuerpo contra el suyo para que notase mi excitación en su piel y, como si de miel se tratase, empecé a trazar círculos con mi lengua por su cuello hasta llegar a sus senos con los que estuve un rato muy entretenido mientras mi princesa, aún sin abrir sus ojos, gemía y apretaba sus caderas contra mi miembro buscando una mayor unión entre nuestros cuerpos, yo palpaba la urgencia de mi linda niña, sabía que ella necesitaba sentirme dentro de su cuerpo, sus movimientos, sus gemidos y la humedad de su centro me lo indicaban pero yo quería oírselo decir directamente de su boca por lo que seguí con mi tortura, no solo para ella, también para mi que estaba deseando liberar mi erección del calzoncillo e introducirme dentro de su cuerpo haciéndola mía....

-Edward cielo necesito sentirte, estoy al borde de la excitación, no aguanto mas-, me rogaba mi princesa mientras intentaba quitarme mi ropa interior...

-¿Qué quieres que haga exactamente reina?-, le pregunté haciéndome como que no entendía a lo que se refería únicamente para alargar el juego y disfrutar aún mas del placer previo a la penetración...

-Quiero que quites tu calzoncillo, que me arranques mis bragas y que te hundas en mi húmeda vagina embistiéndome hasta casi perder el sentido-, me contestó mi fiera domada mirándome fijamente con desesperación...

-Me encanta cuando me hablas de manera sucia, verte tan desesperada de placer te hace ser aún mas sexy-, le contesté mientras me quitaba mi calzoncillo y ella hacía lo propio con sus bragas....

Ya no había tiempo para los preámbulos, el juego estaba acabado, llegaba el momento del placer puro y duro así que, sin dilación, me coloqué de pie con la piernas abiertas sobre mi Bella y, sin apoyar mi cuerpo sobre ella, la atraje hacia mis caderas, la sujeté de las piernas abriéndoselas y la embestí, mis movimientos eran frenéticos, el placer que ambos estábamos sintiendo nublaba nuestro raciocinio convirtiéndonos en auténticos animales salvajes, mi Diosa aumentaba el placer de mis embestidas llevando sus dedos a su clítoris acariciándolo rápido y sin descanso, nuestro orgasmo estaba cerca así que, sin pensarlo, levanté a mi Bella de las piernas dejando solo su espalda apoyada en la hamaca y empujé fuerte mi miembro contra su vagina provocando que un grito de éxtasis saliese de nuestros labios mientras derramábamos nuestros flujos dentro del cuerpo de cada uno...

Una vez que nos calmamos decidimos acostarnos ya que al día siguiente seguiríamos con nuestras excursiones por la isla, le hablé a Bella de mis intenciones de llevarla a la noche siguiente a "La Luna", le expliqué lo que me había contado el recepcionista, que era una casa privada de unos alemanas que estaba situada en el entorno natural del "Parque de la Geria", le conté que los dueños de la casa solo la abrían al público el día antes y el mismo día que había luna llena, mi niña se emocionó y le entusiasmó la idea ya que decía que debía ser un sitio muy romántico, decidimos consultar la guía de viaje para leer sobre la Geria y su entorno, así tendríamos una idea aproximada del lugar que íbamos a visitar...

DIA 4: EL SOL Y LA LUNA

Al día siguiente decidimos bajar a la playa privada que tenía el hotel, era como un paraíso enmarcado de grandes palmeras que hacían del lugar algo que parecía irreal, la playa era una pequeña cala de arena blanca no muy extensa, el agua estaba tranquila y se podía apreciar su distintivo color verde turquesa y su fondo marino lleno de peces de distintos colores, eran unas aguas algo frías propias del Océano Atlántico, cuando decidimos probar para darnos un baño nos costó mucho trabajo entrar ya que nuestros cuerpos estaban calientes por efecto del sol y el cambio de temperatura era considerable haciéndonos temblar con solo meter los pies en el agua...

Estaba distraído cuando mi perversa princesa me salpicó mojándome por completo mientras se alejaba mar adentro riendo, decidí seguirla y así vengarme, total ya estaba mojado no notaría el agua fría y sin pensar me sumergí y nadé hasta llegar a mi pequeño bichito que reía a carcajadas como si fuese una niña pequeña, era tan maravillosa...

-Has sido mala así que te voy a dar tu castigo-, le dije mientras me acercaba insinuante hasta donde ella se encontraba, no estábamos muy alejados de la orilla así que hacíamos pie, el agua nos cubría hasta casi la altura de la clavícula, cuando estaba a punto de alcanzarla hizo algo que me me dejó tan excitado que hasta olvidé el castigo que le iba a dar...

-Si amor mío castígame-, dijo mi reina con voz seductora mientras sacaba su mano de debajo del agua mostrándome el bikini que hasta hace un momento llevaba puesto...

Casi sin darme tiempo a reaccionar se acercó a mi cuerpo, bajó mi bañador hasta dejarlo en mitad de mis muslos, enredó sus piernas alrededor de mi cintura y guió mi erecto y preparado miembro hasta introducirlo en su húmeda y caliente vagina moviéndose ella misma sobre mi erección balanceándose dentro y fuera llevándome hasta la locura, yo solo cerré los ojos, la sujeté de los glúteos, ella apoyó su frente en la mía e incrementó sus movimientos hasta que llegamos al punto mas álgido del placer y además lo alcanzamos juntos...

-Eres muy perversa, te encanta jugar con fuego-, le dije mientras nos colocábamos nuevamente los bañadores...

-Y a ti te gusta que sea así-, me respondió mi fierecilla mientras me besaba...

Estuvimos un rato mas disfrutando del agua mientras hablábamos de distintas cosas, la verdad es que mi Bella y yo siempre teníamos algo de que hablar, nos conocíamos demasiado bien...

Así pasó el resto del día, estuvimos en la playa bronceándonos, solo dejamos de hacerlo para acercarnos al bar que había a un lateral de la cala a comer algo ligero y volvimos a tumbarnos sobre la arena, esto era el paraíso y junto a mi Bella mas...

Llegó la noche, nos vestimos de manera casual y cómoda ya que íbamos a tomar una copa a casa de los dueños de "La Luna" y, debido a su enclave en un entorno volcánico, lo mejor era ir cómodo, después de disfrutar del maravilloso buffet-cena del hotel nos encaminamos rumbo a nuestro destino, La Geria...

Mientras íbamos en el coche mi reina leía sobre este maravilloso paraje:

"En el entorno del Parque Natural de La Geria, muy próximo al Parque Nacional de Timanfaya, nos encontramos con un paisaje sin igual en todo el mundo. Cubierto de un espectacular manto negro de ceniza volcánica que se extiende por todo el valle...

Y así fue, cuando llegamos nos quedamos embelesados ante tanta belleza, parecía que nos encontrábamos en un paisaje lunar, coronando el cielo que estaba cuajado de estrellas se encontraba la luna llena en todo su esplendor, cada uno de sus haces de luz iluminaba distintas zonas del valle dejándonos admirar lo sinuoso y maravilloso del paisaje, llegamos con mucha facilidad a la casa gracias a las indicaciones del recepcionista, había un camino de piedras que nos condujo directamente a un portalón de hierro blanco que justo antes de llegar se abría despacio para nosotros, decidí avanzar a una velocidad reducida ya que no sabía lo que me iba a encontrar hasta que vislumbre la casa...

Era pequeña pero acogedora, estaba fabricada en piedra de color blanco con sus ventanas y puertas en verde, una vez que estacionamos el vehículo junto a otros muchos que ya se encontraban allí una pareja de ancianos salió a nuestros encuentro...

-Buenas noches amigos sed bienvenidos a "La Luna"-, nos dijeron ambos mientras estrechaban nuestras manos indicándonos que los siguiésemos y que nos sintiésemos como si estuviésemos en nuestra casa...

-Gracias amigos el placer es nuestro, este lugar es increíblemente hermoso, parece irreal-, les contesté mientras ambos les seguíamos hacia la casa...

Nos enseñaron cada rincón de tan acogedor hogar, había una cocina pequeña, un dormitorio, un salón y un baño, pero lo mas hermoso de la casa era el gran patio trasero que se abría en medio del valle pudiendo apreciar la belleza surrealista del entorno, fue una noche mágica en la que conocimos a mucha gente agradable olvidándonos durante un rato siquiera de donde estábamos, cuando regresamos al hotel caímos rendidos en la cama ya que había sido un día agotador pero muy intenso, otro mas para guardar en nuestra memoria para siempre...

DIA 5: FAMARA Y LA CASA DE ATILA

Cuando despertamos después de dormir unas doce horas nos duchamos, nos vestimos con ropa fresca ya que hacía mucho calor y bajamos a tomar algo a la cafetería de la piscina del hotel ya que se nos había hecho tarde para desayunar...

El rato que duró el desayunó noté a mi Bella extraña, apenas comía aunque hubo algo que le gustó mucho, se llamaba "papaya", es una fruta tropical propia de las Islas Canarias, tiene muchas vitaminas, se suele tomar sola aunque también se acompaña con zumo de naranja, todo un manjar para el paladar...

Terminamos de desayunar y no pude evitar preocuparme cuando me di cuenta de que mi princesa estaba algo pálida, no había que ser médico para saber que estaba teniendo una bajada de azúcar así que le acerqué rápido un vaso de agua mientras la abanicaba con uno de los periódicos que habían dejado sobre la mesa...

-Amor mío se que no te encuentras bien, dime que te pasa para que pueda ayudarte-, casi le supliqué mientras no dejaba de abanicar su rostro mientras le tomaba el pulso con mi mano libre...

-Tranquilo cariño estoy bien solo ha sido un leve desmayo producido por el calor que hace, no me pasa nada malo así que no seas paranoico y no empieces a actuar como médico, estos días no quiero un médico, estos días quiero a mi novio y futuro marido-, me respondió mi princesa sonriendo, ella sabía muy bien como distraer mi imaginación cuando estaba preocupado...

-La próxima vez prométeme que...-, pero mi princesa no me dejó acabar, acalló mis labios con un dulce beso que hizo que se me olvidase hasta lo que iba a decir...

-Vamos a disfrutar cielo ¿vale?, te prometo que cuando lleguemos a casa me hago una revisión completa-, me dijo mi reina mientras acariciaba mi rostro con suavidad...

Dimos por zanjado el tema y nos fuimos a nuestra siguiente visita "Famara y la Casa de Atila", era un lugar de obligada visita aquí en Lanzarote según explicaba la guía que teníamos la cuál iba leyendo mi Bella en voz alta mientras estábamos de camino...

"Famara, situada a los pies del risco del mismo nombre, es una zona privilegiada con sus 6 kms de playa. La Caleta de Famara es un pequeño pueblo de pescadores rodeado por el "Parque Natural de Famara"...

El recepcionista del hotel del cual ya nos habíamos hecho amigos nos indicó que en la parte alta de la montaña, de cara al mar, estaba la "Casa de Atila", que era un señor carpintero que llevaba toda la vida viviendo en lo alto del risco de Famara y que se dedicaba a vender pan de azúcar a los visitantes mientras les enseñaba las maravillosas vistas que había desde su ventana a la Isla de la Graciosa, que es otra de las Islas que conforman las siete Islas Canarias...

Así fue como descubrimos este entrañable pueblo de pescadores habitado por gente muy simpática y cariñosa que nos saludaba aún sin conocernos, la playa era increíblemente hermosa con grandes olas que rompían furiosas contra la falda de la montaña, nos indicaron el camino a seguir para llegar a casa de Atila que resultó ser una visita de lo mas agradable...

Atila era un hombre de unos cincuenta años con su piel morena y curtida por el sol, cuando nos vio aparecer enseguida vino a saludarnos de manera efusiva, nos hizo entrar a la cocina de su casa donde conocimos a su mujer que era encantadora, nos enseñaron la elaboración del pan de azúcar que resultó un manjar para los sentidos, era un pan dulce que por cierto encantó a mi Bella que no dejaba de dar calificativos maravillosos a su sabor mientras comía uno detrás de otro, me encantaba verla tan feliz, y con tanto apetito...

Pasamos un día muy agradable, Atila se empeñó en que nos quedásemos a cenar pero declinamos la invitación porque se había hecho un poco tarde y mi princesa se veía algo cansada, últimamente se cansaba con mucha facilidad...

Llegamos al hotel y nos fuimos directos a la habitación, esa noche no teníamos ganas de salir así que decidimos pedir comida en la habitación y disfrutar de un poco de intimidad en la comodidad del sillón delante de la tele hasta que me desperté dándome cuenta de que era de madrugada y que nos habíamos quedados dormidos delante de la tele, levanté a mi Ángel con cuidado y la lleve a la cama acomodándome junto a ella hasta que me quedé dormido...

Al día siguiente fue mi princesa la que me despertó entre besos y caricias, era realmente maravilloso abrir los ojos y ver su cara, con ese rostro quería despertar el resto de mis días, junto a ella, junto a la mujer de mi vida...

Después de una interminable y placentera sesión de besos, caricias y abrazos las tripas de mi niña comenzaron a sonar muy alto así que decidimos que era hora de ir a desayunar, esa mañana lo hicimos en nuestra habitación disfrutando del sol de la mañana en la terraza, cuando acabamos nos dimos un baño en nuestra piscina privada y pensamos que sería buena idea hacer algún tipo de visita cultural...

Mientras nos secábamos al sol tumbados en la hamaca me puse a ojear la guía turística para saber donde podíamos ir y descubrimos que había un museo muy importante en un pueblo llamado Tahiche, el museo era en memoria de César Manrique que fue un importante escultor en la isla muy reconocido y muy querido, a mi Bella le pareció una magnífica idea, le entusiasmaba el arte y todo lo relacionado con el, nos cambiamos de ropa y salimos rumbo a nuestro siguiente destino, el pueblo de Tahiche...

DIA 6: CASA MUSEO DE CESAR MANRIQUE Y CASA DE LA ABUELA

Antes de salir del hotel pasamos a saludar a nuestro amigo el recepcionista que casualmente tenía el turno de mañana, nos preguntó sobre nuestros planes y cuando le dijimos que íbamos a visitar la "Casa Museo de Cesar Manrique", nos dio un folleto donde había una explicación mas extensa sobre el Museo y el propio Cesar Manrique y luego nos recomendó ir a un pueblo llamado Masdache, anotó una dirección y nos indicó como llegar, nos contó que era un sitio pintoresco donde además de visitar sus cultivos de vides sobre ceniza volcánica podíamos ir a un sitio llamado "La casa de la abuela" y degustar comida casera propia de la zona...

Después de agradecer a nuestro amigo su información y ayuda nos dirigimos a nuestro destino, Tahiche, mientras íbamos en el coche mi Bella leía la información acerca del Museo...

"La Casa Museo de César Manrique se encuentra en Tahiche que es el pueblo donde nació y vivió el artista, él sacó todo el partido a su amada isla respetando siempre su entorno y defendiendo como nadie su naturaleza..."

Estuvimos mucho rato visitando el museo, habían acondicionado la casa donde vivió durante toda su vida el artista lanzaroteño mostrando todos los momentos importantes de su vida y el reflejo de lo que fue su maravillosa obra, su vida fue intensa, la gente le adoraba pero por desgracia nos contaron que murió joven víctima de un accidente de tráfico erigiendo un monumento en su honor justo en el lugar donde tuvo lugar el siniestro...

Cuando salimos del museo era casi mediodía así que decidimos ir a visitar "la casa de la abuela", teníamos curiosidad por probar comida típica de la región ya que nos habían hablado muy bien de la gastronomía canaria así que subimos al coche rumbo a nuestro nuevo destino Masdache, mi Ángel iba leyendo acerca de este maravilloso pueblo mientras yo conducía...

"Masdache, situada en el interior de la Isla en una zona famosa por sus volcanes y cultivos de vides sobre ceniza volcánica..."

Aquel pueblo era realmente fantástico, visitamos los alrededores llegando a las bodegas de vino mas importantes de la zona, nos enseñaron como cultivaban la vid sobre las cenizas de la lava volcánica explicándonos después el proceso de conservación del caldo en barricas de roble, quedé muy gratamente sorprendido cuando me dieron a probar un poco de vino, era dulce y exquisito dejándote en la boca un regusto a tierra y madera, me gustó tanto que decidí llevar unas botellas para compartir con la familia, mi Bella decidió no probar ya que decía que no le apetecía beber vino pero que ya lo probaría mas adelante, me pareció algo extraño porque a ella le gustaba el vino pero decidí no insistir, últimamente mi niña estaba un poco desmejorada y cansada así que pensé que el motivo era porque no se encontraba del todo bien...

Antes de irnos el dueño de las bodegas nos indicó amablemente como llegar a "la casa de la abuela" y nos pusimos en camino, no tardamos mucho en encontrar el cartel que nos indicaba que habíamos llegado a nuestro destino pero cual fue nuestra sorpresa cuando descubrimos que no era un restaurante como pensábamos, sino una casa particular, era una señora que se dedicaba a dar de comer a todo aquel que pasaba por allí en la cocina de su propia casa, mi Bella quedó encantada con la hospitalidad de la anciana y gustosa se dejó mimar y cuidar por la señora que nos pidió que la llamásemos "abuela"...

La abuela nos ofreció muchas cosas ricas de comer, probamos el queso de cabra que estaba muy sabroso, la pata de cerdo asada con pan bizcochado, que era un pan tostado típico de aquí con una especie de anís por dentro llamado "matalauva", unas papas redondas y pequeñas con piel que las llamaban "papas arrugadas" acompañadas de una salsa roja algo picante llamada "mojo picón rojo", la verdad es que la abuela nos trató como si fuésemos parte de su familia, no nos dejó pagar en ningún momento, nos dijo que ella lo hacía con el corazón y que por eso no aceptaba dinero, antes de irnos se acercó a nosotros dándole una bolsa pequeña a mi bella que contenía un polvo de color marrón que no sabía identificar y lo que ocurrió después nos dejó sorprendidos...

-Toma preciosa niña, en esta bolsa hay "Gofio", es una pasta que se hace con cereal de millo, se suele tomar con leche aunque también se cocina, tiene muchas proteínas y te vendrá muy bien en estos meses-, le dijo la abuela a mi Bella mientras le entregaba el "Gofio", mi Bella sonreía como si entendiese perfectamente lo que le estaba diciendo la abuela pero yo seguía sin saber que significaban sus palabras...

-Gracias abuela, descuide que tomaré el "Gofio" todos los días-, respondió mi Bella mientras recogía el alimento y besaba con ternura a la anciana...

Mientras salíamos hacia el coche la abuela nos seguía sonriendo y justo cuando ya íbamos a arrancar se agachó a la altura de mi ventanilla y sin dejar de sonreír nos dijo -será una preciosa niña, que tengan buen viaje de regreso-, y sin decir nada mas entró de nuevo en su casa cerrando la puerta tras de si...

El camino de regreso lo hicimos en silencio, mi Bella miraba a través de la ventana el paisaje con una sonrisa tatuada en su rostro, yo la miraba de reojo y me hacía feliz darme cuenta que las palabras de la abuela la habían hecho sonreír incluso a mí, ojalá que la anciana tuviese razón y mi princesa estuviese embarazada, el pensar en tener otra mini Bella corriendo por la casa era una idea que me hacía explotar el corazón de alegría, sumido en esos pensamientos llegamos al hotel y a nuestra habitación...

-¿En que piensas amor?, llevas todo el camino callado-, me preguntó mi Bella mientras se acercaba a mi cuerpo abrazándome y clavando sus ojos chocolate en los míos...

-Ay amor mío llevo todo el rato pensando en las palabras de la abuela, ¿tu crees que puede ser cierto que estés embarazada?-, le pregunté sonriendo sin dejar de mirarla perdiéndome en la ternura que transmitían sus ojos...

-Mira Cullen yo no se si es o no cierto, lo que si se es que para que eso ocurra tenemos que practicar mucho así que, ¿porqué no empezamos desde ahora?-, me sugirió mi princesa mientras besaba mis labios provocando que mi cuerpo reaccionase rápido ante sus insinuaciones...

Nos amamos toda la noche, ambos queríamos que el milagro ocurriese y que las predicciones de la abuela se cumpliesen así que pusimos el alma y el corazón en ello mientras fusionábamos nuestros cuerpos con la esperanza de que un nuevo corazón comenzase a latir en la tripa de mi Bella, queríamos crear una nueva vida mitad de ella y mitad mía, otra princesa de papá...

DIA 7: MAGIA EN YAIZA

Al día siguiente nos levantamos muy tarde así que, ya que era nuestro último día decidimos quedarnos en el hotel, pasamos casi todo el día en la playa privada tomando el sol y disfrutando del agua, sacamos infinidad de fotos para, según mi Bella, tener recuerdos bonitos en nuestra vejez y así enseñárselas a nuestros nietos, llamamos a la familia para hacerles saber que al día siguiente temprano saldríamos rumbo a casa, en dos día sería Noche Buena y queríamos estar todos juntos, parecía increíble que en Forks estuviese nevando y aquí estuviésemos en la playa en pleno mes de diciembre definitivamente esto era el paraíso...

-¿Qué te apetece hacer esta noche amor?-, le pregunté a mi Bella mientras acariciaba su espalda ya que se encontraba boca abajo tomando el sol...

-Leí en la guía que hay un pueblo muy bonito donde se come pescado fresco, me gustaría ir, se llama "Yaiza"-, me respondió mi princesa mientras seguía tumbada disfrutando de mis caricias...

Así que después de pasar el resto de la tarde disfrutando de nuestros últimos momentos en la playa nos fuimos a cambiarnos de ropa para ir a cenar pescado fresco a "Yaiza", casualmente nuestro amigo estaba en la recepción y nos recomendó un lugar que se encontraba a orillas de la costa llamado "Pepe El Breca", nos hizo saber que no era un lugar caro ni distinguido pero que se comía el pescado recién capturado y que era el mejor de la zona...

Agradecidos nuevamente por la información nos encaminamos rumbo a "Yaiza", la verdad es que era un nombre que me encantaba, nos enteramos que era un nombre canario que perteneció a una princesa "Guanche", que eran los antiguos nómadas que habitaban las islas, y que significaba "Princesa del Sol", le comenté a mi Bella que si alguna vez teníamos una niña me gustaría llamarla así, y ella estuvo de acuerdo porque también le gustaba mucho el nombre...

Mientras íbamos dirección al pueblo mi princesa leyó en la guía lo que decía sobre el maravilloso paraje al que nos dirigíamos...

"Yaiza, pueblo de gran belleza que ha mantenido la tradición de sus casitas blancas y bien cuidadas..."

Llegamos al mágico enclave que era el pueblo de "Yaiza", antes de llegar al restaurante quisimos pasear con el coche por sus estrechas calles de casas blancas y ventanas verdes era realmente un paraje digno de visitar, después de admirar toda su belleza llegamos a un paseo marítimo donde aparcamos el coche y caminamos descalzos por la orilla de la playa hasta llegar a nuestro destino, el bar de "Pepe El Breca", efectivamente tal y como nos había dicho nuestro amigo era un lugar del todo informal, estaba sobre la misma arena de la playa por lo que no fue necesario que volviésemos a calzarnos, el camarero que nos atendió nos mostró todo el género de pescado fresco que estaba expuesto en las vitrinas y que había sido capturado solo un par de horas antes, guiados por el buen hacer de nuestro camarero nos decidimos por probar un pescado típico del lugar llamado "viejas", era un pescado blanco con una carne muy sabrosa y una piel de color brillante rojizo...

Disfrutamos de una noche muy agradable con el sonido de las olas como única música ambiental, saboreamos nuestras "viejas" que fueron preparadas a la plancha servidas con las ya conocidas "papas arrugadas" y el "pan bizcochado" además probamos una salsa nueva de color verde llamada "mojo picón verde" que era como el rojo que comimos en casa de la abuela pero hecho con cilantro que es una hierba aromática verde que realza el sabor de las comidas y, a diferencia del anterior, este se comía acompañando el pescado...

Fue una noche perfecta con la que cerramos con broche de oro nuestra estancia en la entrañable y mágica Isla de Lanzarote, nos prometimos a nosotros mismos que alguna vez volveríamos aquí porque de verdad que nos había dejado maravillosos recuerdos que quedarían por siempre grabados en nuestra memoria y en nuestra retina...

por la mañana volvíamos a Forks, a nuestra vida aunque esta vez sería diferente porque volvía con mi niña sin ninguna intención de separarme jamás de ella y, lo primero que haríamos al día siguiente de nuestro regreso sería concertar cita con mi padre en el hospital para que le hiciese un chequeo completo a mi princesa así me quedaría mas tranquilo ya que no podría soportar que algo malo le pasase, ahora que la tenía en mi vida ya no concebía estar sin ella, lo que yo no sabía es que el destino nos tenía preparada otra sorpresa de la cual me enteraría pocos días después, algo que cambiaría mi vida para siempre y la de Bella también...

Hola gente guapa ya estoy aquí con otro capítulo nuevo de nuestros dos protagonistas preferidos, espero que lo que han leído sea de su agrado, mi idea ha sido que, mientras disfrutan del amor de nuestros chicos, conozcan un poco mas la increíble isla de Lanzarote, solo espero no haber resultado pesada con toda la información que les he dado, les vuelvo a decir que todo lo que aquí reflejo es real, son lugares que existen y que yo misma he visitado, solo deseo que haya sido de su agrado...

Bueno y mañana ya saben lo que toca, actualización de Mírame, Tócame, Bésame, que yo se pervertidas lindas que os gusta, recordad que toca capítulo desde el punto de vista de Bella y que también toca fiesta de disfraces "Bicht", algunas se acercaron e incluso acertaron con el disfraz...espero que lo lean...

Y como digo siempre, si he sido de su agrado o si he sido muy pesada, me gustaría que me lo hiciesen saber en un comentario, sus comentarios son la gasolina que mueve mi imaginación...

Besotes (petonets) desde Canarias. Vuestra amiga Susana.

MAGIA EN LA TIERRA DEL FUEGO 1

MAGIA EN LA TIERRA DEL FUEGO (PRIMERA PARTE)

"Bella dijiste que podría tener

lo que quisiera de ti y esto

es lo que deseo, lo quiero todo"...

Edward Cullen

EDWARD

Después de pasar una agradable tarde con la familia Bella y yo decidimos volver a casa ya que al día siguiente nos íbamos a pasar unos días a la paradisíaca isla de Lanzarote en España y debíamos descansar, además estaba un poco preocupado ya que mi niña se veía algo blanca y descompuesta, había vomitado mucho y se la notaba cansada, una vez que nuestros días de descanso acabasen la llevaría al hospital para que la hiciesen un chequeo...

El trayecto hasta casa lo hicimos en silencio, yo conocía perfectamente a mi prometida, sabía que ella estaba sumida en sus pensamientos y que cuando lo considerase oportuno me haría partícipe de ellos, entonces esperaría que ese momento llegase por si solo...

Una vez que entramos en casa le pregunté a mi Diosa si tenía ganas de cenar algo ligero pero ella me respondió que no tenía apetito, solo quería terminar de arreglar algunas cosas que le faltaban por guardar en la maleta y meterse en la cama, así que eso fue lo que hicimos, colocamos lo que faltaba en nuestro equipaje, nos pusimos el pijama y nos metimos en la cama, al día siguiente nos esperaba una jornada dura de viaje...

-Amor mío estás muy callada, me gustaría saber que es lo que ronda por tu cabeza que te mantiene tan absorta-, le pregunté mientras atraía su cuerpo hacia el mío una vez que apagamos la luz...

-No tengo nada cielo, ya sabes que mi cabeza está siempre trabajando y la mayor parte de las veces sin cordura-, respondió mi Ángel mientras se rendía entre mis brazos dejándose acurrucar con dulzura...

-Bella estoy preocupado por tu salud, no me gusta que te marees y vomites, necesito que te hagas un chequeo médico inmediato, estoy incluso pensando en aplazar el viaje para asegurarnos que te encuentras bien-, le hice saber a mi niña mientras la apretaba un poco mas fuerte pegándola a mi cuerpo sintiendo así todo el calor y el aroma que emanaba del suyo embriagándome los sentidos...

-Edward Cullen, te ves muy sexy cuando estás preocupado y yo me pregunto, ¿porqué no centras tu preocupación y tu atención en otras cosas que ahora son mas importantes?-, respondió mi pervertida princesa mientras se daba la vuelta quedando nuestros cuerpos adheridos y delineaba con su lengua mis labios para después besarlos con ternura...

-Tienes razón Isabella Swan, voy a centrar mi atención en tu cuerpo ahora mismo-, dije riendo mientras atraía a mi Bella sobre mi cuerpo para que sintiese mi creciente excitación producida por sus palabras notando yo sus erectos pezones síntoma de la pasión que ella estaba sintiendo...

Y nos amamos sin medida, sin razones, sin prisa pero sin pausa, fusionarnos en un solo cuerpo era una experiencia maravillosa de la que estoy seguro no me cansaría nunca, en ningún lugar me encontraba mejor que dentro de su cuerpo, nos amoldábamos a la perfección, éramos dos piezas claves dentro de un entramado puzzle, el puzzle del amor y la pasión...

Nos despertó el sonido del despertador que nos avisaba que nuestra semana romántica daba comienzo y el primer paso era salir de la cama para irnos rumbo al aeropuerto, nos duchamos por separado ya que considerando las ganas que nuestros cuerpos tenían siempre de rozarse, era mejor evitarlo para cuando hubiese mas tiempo...

Mientras mi linda muñeca se preparaba yo decidí hacer algo de café con unas tostadas, después que terminamos de desayunar casi sin sentarnos mientras íbamos de un sitio a otro de la casa recogiendo todo, asegurándonos que los aparatos electrónicos quedasen apagados, cerrando las cortinas, en fin dejando todo recogido y asegurado antes de irnos...

Una hora después de levantarnos estábamos ya en la calle subiendo al taxi que nos llevaría al aeropuerto, ambos estábamos muy emocionados de pensar que íbamos a una isla mágica de la que nos habían hablado maravillas y que íbamos a estar solos como si fuese una luna de miel anticipada...

Una vez que llegamos al aeropuerto, facturamos las maletas y con premura nos llamaron por los altavoces para el embarque, cuando ya estábamos en el avión esperando el despegue me acerqué al oído de mi niña....

-¿Sabes de lo que me estoy acordando en este preciso momento?-, le susurré mientras notaba como mi Bella se estremecía al sentir mi cálido aliento en su oído...

-¿De que te estás acordando pervertido?-, respondió mi Ángel en baja voz sonriendo mientras acariciaba mi brazo suavemente con su mano...

-De la última vez que estuvimos en un avión, por casualidad ¿no tendrás otra de tus fantasías que yo pueda hacer realidad?-, le pregunté mientras besaba su mejilla notando como ella se sonrojaba recordando nuestro maratón de sexo en el baño del avión cuando fuimos rumbo a Phoenix a ver a su madre...

-Mi fantasía eres tu amor mío y, ¿sabes qué?, cuando despegue el avión puedes acompañarme de nuevo al baño, si quieres claro-, respondió mi amada queriendo parecer despreocupada ante la situación pero a la misma vez insinuante y caliente, muy caliente...

Y así pasó, al rato de que el avión despegase mi niña me pidió permiso para ir al baño mientras me guiñaba un ojo con picardía mientras dejaba caer algo sobre mi regazo, una vez que se fue y miré hacia mis piernas mi corazón dio un vuelco y mi cuerpo comenzó a estremecerse y llenarse de lujuria ya que me di cuenta que mi pervertida nena se había quitado su diminuto tanga dejándolo sobre mis piernas avisándome que ya no llevaba ropa interior, eso me encendió y salí con rapidez al baño para demostrarle lo que había provocado en mi cuerpo con sus insinuaciones...

Definitivamente este encuentro sexual fue mucho mas intenso que el anterior, fue rápido y rudo, como si estuviésemos dominados por un instinto animal que no nos dejaba actuar con coherencia, quizás movidos por una enfermiza sensación de que quizás nos pudiesen descubrir haciendo el momento mas excitante y salvaje...

Una vez que volvimos a nuestros correspondientes asientos sin poder borrar la sonrisa que teníamos tatuada en nuestro rostro, decidimos recostarnos un rato cerrando los ojos dejándonos llevar por el sopor que precede a un reparador y profundo sueño hasta que una azafata nos dio unos leves toques en el hombro indicándonos que faltaba poco tiempo para aterrizar y que debíamos de abrochar nuestros cinturones de seguridad...

Unos quince minutos después por fin habíamos llegado a nuestro destino, Lanzarote, es una de las siete Islas Canarias ubicada en el océano Atlántico, cada isla tiene su propio encanto pero ésta es quizás la mas extraña y atractiva de todas, es una isla volcánica que aún tiene volcanes activos, en su paisaje combina el verde de la vegetación con el negro de la piedra volcánica, a pesar de ser árida, Lanzarote cuenta con una importante cosecha de vinos además de su conocida reserva de sal extraída directamente del mar, en fin, una isla que nos sorprendería con cada uno de sus rincones y que haría de nuestra estancia un viaje inolvidable...

Cuando bajamos del avión nos golpeó un agradable calor con un grado alto de humedad, muy propio en las islas que disfrutaban de un clima intermedio de entre 20 y 25 grados de temperatura todo el año gracias a la presencia de los vientos aliseos, recogimos nuestro equipaje y nos encaminamos en un taxi al hotel que tenía reservado en Costa Teguise que es la parte turística ubicada en el centro de la isla cerca de su capital Arrecife, el hotel era el "Hotel Salinas" un impresionante resort cinco estrellas con todo lujo y comodidades además, había reservado una de las suites...

Llegamos al hotel y nos recibió un librea perfectamente uniformado que nos dio la bienvenida ocupándose de nuestro equipaje, la relaciones públicas nos recibió en la entrada invitándonos a una copa de bienvenida consistente en cava con zumo de naranja mientras nos hacían el check in en la recepción...

Unos minutos después el mismo hombre que nos recibió a nuestra llegada estaba acompañándonos a nuestra habitación para indicarnos donde se encontraba mientras cargaba nuestro equipaje en un carro con ruedas destinado a tal efecto, en la recepción nos informaron que nuestra suite contaba con servicio privado de habitaciones disponible las 24 horas del día así como piscina privada solo para nosotros en la terraza de la habitación que tenía vistas al mar, en fin, un sueño hecho realidad, nuestro sueño...

Una vez que nos quedamos solos en la habitación empezamos a recorrerla quedando maravillados ante la magnificencia de lo que veíamos, había un gran salón con una enorme televisión de plasma, un perfecto mini bar equipado con todo lo necesario, unos cómodos sillones de cuero blanco, desde el salón se accedía a una gran terraza con vistas al océano Atlántico y a la Tierra de Fuego, era un maravilloso contraste el que hacía el verde turquesa del mar con el negro azabache y rojizo de la roca volcánica...

A un lado de la terraza se encontraba un maravilloso jacuzzi para cuatro personas que conectaba mediante una pequeña cascada con una piscina natural de agua salada, era realmente maravilloso el saber que no necesitabas salir de la habitación sino para conocer la isla...

Junto al salón había una puerta corredera que comunicaba con una enorme habitación coronada en el centro con una cama de matrimonio extra grande cubierta por un hermoso dosel blanco y en una de las esquinas había otra puerta que daba a un inmenso baño todo en mármol con una bañera redonda con hidromasaje...

-¿Te gusta el lugar?-, le pregunté a mi niña mientras la abrazaba por la cintura una vez que volvimos a la terraza observando las magníficas vistas que teníamos delante en el momento del crepúsculo...

-Es como si estuviese en un cuento, es un sueño que se ha hecho realidad, es simplemente perfecto-, respondió mi princesa mientras agarraba fuerte mi brazo que la sujetaba por la cintura...

Decidimos que sería bueno salir de la habitación a cenar porque, aunque teníamos servicio completo privado en la propia habitación, nos apetecía dar un paseo por los maravillosos jardines del hotel y cenar en algunos de sus tres exclusivos restaurantes...

Paseamos durante un rato admirando la belleza inigualable del lugar, se respiraba una paz que te llenaba el aire y nos deleitábamos los ojos con la admirable belleza que los volcanes silenciosos nos brindaban a nuestro alrededor, luego decidimos ir a cenar a un restaurante japonés, nos dimos cuenta que ambos éramos amantes del sushi, tempura y algas fritas...

Una vez que acabamos de cenar decidimos ir a descansar ya que teníamos ganas de madrugar y comenzar con las excursiones además, había pensado en alquilar un coche para tener libertad de movimientos así que, cuando pasamos por la recepción, hablamos con el recepcionista para que se ocupase de alquilarnos un vehículo pequeño y manejable y nos facilitase una guía de la isla para organizar nuestras excursiones...

Una vez en la habitación y resistiendo la tentación de probar el jacuzzi a la luz de la luna nos metimos en la cama, al día siguiente empezaríamos nuestra excursión yendo a los Jameos del Agua ubicados en la zona norte de la isla...

DIA 1: JAMEOS DEL AGUA

Nos levantamos temprano y después de disfrutar de un espléndido desayuno acompañado de una sesión de besos y caricias en la bañera redonda nos dirigimos a la recepción a recoger el coche que casualmente era un volvo como el mío, Bella iba de copiloto con el mapa sobre sus rodillas indicándome el camino...

Los Jameos del Agua están ubicados al norte de la isla, se trata de una intervención especial creada por el magnífico escultor César Manrique, muy querido y admirado en la isla, mostrando una sucesión de jameos naturales que junto a la Cueva de los Verdes se localizan en el interior de un tubo volcánico, leía mi Bella mientras yo conducía, la verdad es que debía ser un sitio precioso, y lo era...

Cuando llegamos había un guía que entraba con grupos reducidos de personas ya que así no se estropeaba el entorno, dentro de la cueva la belleza era admirable, se conjugaba a la perfección el agua del jameo con la negra roca volcánica, había veces que teníamos que agacharnos ya que el techo de la cueva se hacía estrecho impidiendo el paso, llegamos a una de las lagunas y el guía nos indicó que admirásemos los maravillosos y raros Cangrejos Ciegos que son una especie de cangrejos albinos de apenas un centímetro de longitud, de color blanco y ciegos, realmente maravillosos...

Esta fue nuestra primera excursión y nos dimos cuenta que la isla era realmente mágica, Bella y yo quedamos rezagados del resto del grupo sentados en una especie de sillón de piedra junto a la Cueva de los Verdes mientras admirábamos la belleza de la olivina que es una piedra verde que se extrae de la roca volcánica, mi Diosa decía que el color de la olivina le recordaba a mis ojos y que desde ahora esa era su piedra favorita...

Regresamos al hotel entrada la tarde después de la increíble excursión que habíamos tenido y por supuesto, después de adquirir un sin fin de fotos, postales, recordatorios y regalos...

-¿Que le apetece hacer a la princesa esta noche?-, pregunté a mi reina una vez que ya estábamos en la habitación...

-¿Que tal si probamos el jacuzzi, porqué no lo vas encendiendo mientras me pongo cómoda?-, respondió mi linda pervertida haciendo que mis pies se dirigiesen con rapidez al jacuzzi a prenderlo...

Durante el tiempo que mi Ángel estaba cambiándose yo llamé al servicio de habitaciones pidiendo una botella de cava rosado y un bol de fresones, una vez que todo estaba ya dispuesto me desnudé y me metí dentro del jacuzzi, la temperatura ambiente rondaba los 26 grados haciendo que la noche fuese cálida y perfecta, la luna se alzaba cuarto creciente sobre el océano dándole al mar reflejos platas, el momento era espectacular...

-¿Que ves que te tiene tan ensimismado?-, preguntó mi reina con voz sensual desde la puerta de la terraza haciendo que mi rostro se girase en su dirección...

No pude articular palabra, delante de mi estaba la criatura mas divina que verán mis ojos nunca, su pelo negro caía salvaje sobre sus hombros contrastando con la palidez de su perfecta y tersa piel y estaba totalmente desnuda, era Venus que había bajado de su Olimpo a visitarme, la luz de la luna iluminaba sus maravillosas curvas haciendo que mi cuerpo se tensase ante tanta belleza...

-¿No dices nada amor, que pasó con tu lengua?, que pena que no tengas lengua porque quería hacer uso de ella esta noche-, volvió a hablar mi Diosa mientras se acercaba insinuante entrando en el jacuzzi...

-Si tengo lengua y verás lo que voy a hacer con ella-, respondí embriagado por el deseo y la necesidad de hacerle el amor, estaba ansioso, desesperado...

La atraje hacia mi cuerpo obligándola a enredar mi cintura con sus piernas uniendo así nuestros sexos, mi lengua lamía su rostro, su cuello, sus pechos arrancando sonoros gemidos de mi niña, hasta que casi sin darnos cuenta la fui penetrando, quería detenerme, quería saborearla pero era incapaz de salir de su cuerpo además que ella se movía en círculos sobre mi erección haciendo la tarea aún mas difícil, sentí que mi Bella empezaba a tensarse y con sus gemidos logró que ambos llegásemos al clímax absoluto...

Nuestra sesión de sexo continuó en la bañera redonda y terminó en la cama hasta que nos quedamos profundamente dormidos, al día siguiente queríamos salir otra vez de excursión esta vez iríamos a la Montaña del Fuego....

Cuando me desperté me di cuenta que aún faltaba media hora para que sonase el despertador pero al darme cuenta que mi Bella no estaba a mi lado me sobresalté quedando sentado sobre la cama hasta que escuché ruidos que provenían del baño y sin dudarlo fui hacia allí abriendo la puerta sin llamar...

-Bella cielo, ¿qué te pasa?-, pregunté acercándome a ella cuando la encontré apoyada en el sanitario muy blanca y sudando dándome cuenta que estaba a punto de desmayarse y que había vomitado...

-Tranquilo Edward estoy bien solo ha sido un simple mareo-, respondió mi princesa mientras intentaba ponerse en pie para lavarse la cara...

-De eso nada, ahora mismo nos vamos a un hospital a que te revisen y volvemos inmediatamente de vuelta a Forks-, dije visiblemente preocupado e irritado por su testarudez mientras la ayudaba a sentarse en la cama e iba a llamar por teléfono para arreglarlo todo...

-Amor por favor escúchame, quiero quedarme aquí y continuar con nuestro viaje, cuando lleguemos a casa te prometo que me haré todos los chequeos que consideres oportunos pero ahora solo quiero disfrutar, no lo estropees-, me rogó mi princesa mientras se acercaba a mi obligándome a dejar el teléfono y mirarla...

-Esta bien, pero si te encuentras mal en algún momento prométeme que me lo harás saber en seguida, por favor-, le respondí ansioso mientras la abrazaba muy fuerte...

Después de este pequeño incidente que me dejó bastante preocupado aunque lo disimulé para no hacer sentir mal a mi niña, desayunamos, nos vestimos y volvimos a irnos de excursión...

DIA 2: MONTAÑAS DEL FUEGO

Conducía rumbo al Parque Nacional de Timanfaya a visitar las Montañas del fuego, que es un paisaje lunar situado en el centro occidental de la isla al que no se puede acceder en coche, solo con autobús o bueno guaguas que es la manera en que la gente que vive aquí llama a los autobuses...

Es un paisaje realmente maravilloso, un enclave de volcanes, algunos de ellos aún activos, que confieren al lugar un aspecto casi planetario, mi Bella y yo estábamos embelesados escuchando al guía sobre como se formó el lugar cuando los volcanes entraron en erupción, nos mostraron como todavía había lava activa bajo la roca y pudimos disfrutar de un maravilloso almuerzo a base de carne que se hacía en una barbacoa natural que había sido creada aprovechando el calor que desprendía la roca...

Fue un día agotador, estuve muy pendiente de mi tesoro, cada vez que iba al baño me tensaba pensando que no se encontraba bien a lo que ella respondía con una sonrisa besándome suavemente para indicarme que todo estaba en orden cuando regresaba y veía mi cara...

Por la tarde llegamos al hotel y decidimos dedicar una noche maratoniana a ver películas comiendo comida basura y, al día siguiente, disfrutaríamos de la piscina en la terraza de nuestra habitación ya que mi niña se veía cansada y yo no quería que se pusiese mala...

Disfrutamos de la noche como dos adolescentes hormonados, reíamos por cualquier cosa y nos dedicábamos miradas tiernas aunque esa noche no hicimos el amor con el cuerpo, lo hicimos con los gestos, la intención y el corazón...

DIA 3: PLACERES DE DORMITORIO

Al día siguiente amaneció muy soleado, nos levantamos tarde disfrutando de la holgazanería de no tener nada que hacer, ya era casi mediodía así que pedimos unas ensaladas para comer y nos dedicamos a broncear nuestros cuerpos al sol disfrutando de nuestra piscina privada, en eso estaba hasta que noté que me cayó algo en la cara, cuando me incorporé a mirar me di cuenta que era la parte de arriba del bikini de mi Diosa mientras ella estaba dentro de la piscina nadando y sonriendo...

-¿Alguien tiene ganas de jugar?-, pregunté con la voz ronca visiblemente excitado mientras me quitaba el bañador mostrando así mi miembro mas que dispuesto a tener sexo mientras me metía en el agua llegando hasta mi reina...

-Ummm me encanta este juego-, susurró mi reina a mi oído mientras tomaba mi miembro entre sus manos comenzando a masturbarme...

-Me vuelves loco amor-, le respondí entre gemidos mientras mis dedos jugaban con su clítoris y la bombeaban...

La intensidad de nuestras caricias fue en aumento, estábamos disfrutando tanto de nuestras caricias que no necesitábamos usar la penetración, la mano de mi bella resbalaba con suavidad ayudada por el agua sobre mi miembro mientras mis dedos jugaban y pellizcaban su clítoris haciendo que mi niña abriese cada vez mas sus piernas...

-Mete tus dedos en mi interior cariño quiero sentirlos-, susurró mi Ángel en mi oído llevándome directo a la locura, en cuanto accedí a su petición de bombearla sentí que mi miembro comenzaba a palpitar a la vez que la vagina de Bella se apretaba contra mis dedos que no dejaban de moverse y así nos corrimos gritando nuestros nombres al cielo teniendo como único testigo los silenciosos volcanes...

Decidimos dormir un rato por la tarde ya que habíamos pensado bajar por la noche a cenar a un restaurante italiano que había en el hotel, y así lo hicimos, cuando nos despertamos salimos con mucho esfuerzo de la cama ya que nuestros cuerpos no tenían intención de querer cenar, preferían quedarse a amarse, nos bañamos y nos fuimos al restaurante...

Fue una noche muy agradable, mi Bella y yo hablamos de nuestro futuro, nos reíamos de lo tontos que habíamos sido desperdiciando tantos años de nuestra vida sin atrevernos a decirnos que nos amábamos, hablamos también de comprar una casa mas grande cuando regresásemos a Forks y por último hablamos de niños, a mi Bella se le ponía un brillo precioso en sus ojos cuando yo le decía que deseaba mucho ser padre, mentiría si cada vez que veo a mi Bella vomitando no pienso que tal vez pueda estar embarazada, la verdad es que no quería hacerme ilusiones es por eso que no le había dicho nada a mi princesa, pero la verdad es que lo deseaba mas que a nada en el mundo...

Una vez terminada la cena nos quisimos ir a dormir y, al pasar por la recepción me di cuenta que había una publicidad sobre el mostrador que llamó mi atención La Luna, rezaba la portada del folleto mostrando una gran luna blanca, como tenía mucha curiosidad pregunté al recepcionista...

-Disculpe, ¿me puede decir que es esto?-, le pregunté mostrándole el folleto...

-Por supuesto señor Cullen, esto es una casa que pertenece a un matrimonio alemán, está situada en la Geria que es uno de los pueblos situados en el centro de la isla, estos señores ofrecen su casa durante dos días al año, el día antes y el mismo día que hay luna llena, durante esos dos días la gente que lo desee les visita, se toma una copa y observan la luna llena en el valle árido y volcánico de la Geria, es realmente magnífico-, me explicó amablemente el recepcionista...

-¿Mañana es día de luna llena, verdad?-, pregunté nuevamente ya que se me había ocurrido que podríamos ir Bella y yo a disfrutar de tan maravilloso paraje, seguro que sería un momento inolvidable...

-Si señor, hoy y mañana son los dos días que permanecerá abierto, si lo desean les puedo indicar el camino en el mapa para que vayan-, se ofreció amablemente el recepcionista y así lo hicimos, me señaló la manera mas sencilla de llegar, ahora ya teníamos planes para nuestra siguiente noche, visitaríamos La Luna...

Hola gente guapa, ¿cómo están mis pervertidas lindas?, aquí os traigo un nuevo capítulo de deseos, lo voy a hacer en dos partes, no porque sea una perra mala, que un poco si que lo soy, sino porque se queda muy extenso y prefiero hacerlo en dos partes así que, el siguiente capítulo será una continuación...

Ustedes saben que yo vivo en Gran Canaria, una de las siete Islas Canarias, es por eso que escogí Lanzarote para este capítulo ya que es la mas mágica de todas, todo lo que nombro sobre la isla es real, existe de verdad, incluso la casa de los alemanes llamada La Luna, he querido haceros el capítulo real para que conozcan un poco la isla además, todos los sitios que nombro yo ya los visité así que, es mas fácil para mi contarles...espero que no les aburra...

Mañana es jueves y eso significa que toca capítulo nuevo de Mírame, Tócame, Bésame y el viernes Dama de Compañía...

Gracias por sus comentarios, por sus alertas y por añadirme a favoritos, me hacen muy feliz...

Besotes (petonets) desde Canarias. Vuestra amiga Susana.

VISITAS Y SORPRESAS

VISITAS Y SORPRESAS

"Ahora eres lo mas importante

para mi,

lo mas importante que

he tenido nunca..."

Edward Cullen

BELLA

Me sentía totalmente plena como mujer, feliz con mi vida y en sincronía con mi entorno, todo había cambiado de forma tan radical que a veces me costaba acostumbrarme e incluso llegaba a pensar que todo era un sueño del que despertaría en cualquier momento...

Tenía un trabajo que me llenaba intelectualmente, una vida cómoda que me permitía pequeños lujos así como paz y tranquilidad y ahora, tenía a mi lado al hombre de mi vida, la persona por la que mi corazón lleva suspirando desde hace tanto tiempo, la persona que ha logrado hacer que mis días brillen y mis noches resplandezcan, mi Edward...

Aquí estaba mi Dios, tumbado a mi lado con su cabello desordenado sobre la almohada, su rostro en paz y sus apetitosos labios entre abiertos, recorría lentamente su cuerpo deleitándome con la belleza casi perfecta de su torso desnudo, la calidez de sus brazos y los marcados músculos de sus piernas, estaba perdida en cada parte de su cuerpo cuando su aterciopelada y angelical voz me sacó de mis perversos y eróticos pensamientos...

-¿Te gusta lo que ves amor mío?-, pregunto Edward mientras se dibujaba una sonrisa perversa en su maravilloso rostro ...

-Me encanta todo lo que veo-, respondí como si siguiese hipnotizada de su cuerpo ya que no podía dejar de mirarlo...

-Puedes tocar, todo lo que ves es tuyo vida mía-, respondió mi Ángel mientras agarraba mi mano guiándola por su cuerpo dejándome llevar por sus deseos...

Mi Dios cerró sus ojos mientras seguía conduciendo mi mano por todo su cuerpo deteniéndose en aquellas partes donde el placer alcanzaba su máximo nivel, yo solo me dejaba guiar, me parecía fascinante observar como él mismo llevaba mi mano de un lado a otro de su maravillosa anatomía buscando su propio éxtasis, era bastante erótico...

Cuando el juego se estaba haciendo totalmente insostenible debido a las ganas desenfrenadas de sentirnos, mi Edward depositó mi mano en su endurecido miembro pidiéndome que le masturbase, que le diese placer, que lo necesitaba...

Yo me sentía como una esclava sexual en ese momento entregada a darle placer a su hombre, me encantaba este rol que estaba asumiendo así que quise llevarlo hasta el final, mi hombre quería placer, pues yo le daría placer...

Comencé a mover mi mano con suavidad a lo largo de su erecto pene notando como las venas que lo envolvía se hacían cada vez mas gruesas debido a la acumulación de la sangre en las mismas, mi amor movía las caderas en sincronía a los movimientos de mi mano mientras sus gemidos eran cada vez mas altos, sin apenas darle tiempo a reaccionar decidí hacer algo que sabía le iba a volver completamente loco...

Comencé a besar su cuello mientras mi mano no dejaba de acariciar su sexo, descendí por su desnudo torso entreteniéndome en morder y succionar sus pequeños pezones y al final, deslizando mi lengua por su estómago llegué a su pene el cuál introduje de una sola vez en mi boca mientras succionaba con fuerza...

Edward pareció volverse loco, sujetó mi cabeza entre sus manos y, acompañado por el vaivén de sus caderas comenzó a llevar el ritmo de las embestidas, suspiraba,gemía, gritaba, y yo me sentía cada vez mas poderosa de hacerle sentir lo que estaba sintiendo, seguimos con el placentero juego hasta que me avisó que estaba a punto de correrse por lo que yo aumenté la velocidad de mi succión acompañada de mi lengua provocando que mi Dios se descargase en mi boca mientras un fuerte y sonoro jadeo rasgaba su pecho para salir por su garganta...

A penas mis labios se separaron de su pene, Edward me sujetó con fuerza aprisionando mi cuerpo bajo el suyo contra el colchón, su lengua luchaba frenética con la mía mientras sus dientes mordían con suavidad mis labios, lo suficiente como para no hacerme daño sino para llevarme al borde del orgasmo sin siquiera penetrarme...

Su sexo friccionaba constantemente con el mío percatándome de lo dispuesto que estaba a seguir teniendo sexo, cuando me quise dar cuenta me penetró sin siquiera quitarme la ropa interior, su miembro se hizo camino dentro de mi con solo apartar levemente mi tanga, la necesidad de su cuerpo por embestirme y la del mío por sentirlo nos llevó a comportarnos como dos animales irracionales que sólo se guiaban por sus jadeos y por el calor que sus cuerpos desprendían...

Una vez terminamos tan monumental entrega, Edward me abrazó con fuerza mientras nuestras respiraciones volvían a la normalidad...

-Lo siento vida mía, me he dejado llevar por mis mas primitivos instintos, me has vuelto loco antes con tu boca y yo no he podido detener mis deseos y mis ansias de poseerte-, susurró mi amor mientras me abrazaba dándome cuenta que se sentía avergonzado por lo que acababa de pasar...

-Cielo, mírame-, casi le supliqué obligándole a mirarme, -esto que acaba de pasar ha sido una muestra mas de lo que nos queremos, lejos de parecer lo contrario, me ha encantado, me he sentido dominada y ese sentimiento me excita mucho, ha sido realmente maravilloso así que, no tienes porqué avergonzarte, lo que mas me gusta de nuestra relación es que somos capaces de amarnos con cordura pero también somos capaces de perdernos dentro del sexo olvidándonos de ella, eso es fantástico-, le respondí mientras hundía mi cara en su cuello dándole un dulce beso...

-Te amo amor mío, me haces el hombre mas feliz del mundo, eres mi complemento perfecto, eres el todo que le hacía falta a mi vida y, dentro de seis meses, serás oficialmente mía, ante los ojos de Dios y del resto, mía, mía,-, repetía mi hombre mientras me besaba por todas partes de mi cabeza y mi rostro...

Después de disfrutar de nuestro momento de placer íntimo, decidí ir a preparar el desayuno mientras Edward se daba una ducha para ir al hospital, hoy presentaría su propuesta formal de empleo ante la dirección del hospital para empezar a trabajar en el como pediatra, y luego cuando saliese de trabajar, iríamos a su casa a buscar sus pertenencias para que se trasladase definitivamente a mi apartamento a vivir conmigo, y yo, tenía que volver a la librería, seguramente tendría un millón de pedidos que actualizar y llevaba ya varios días con unas cuantas ideas sobre como escribir mi libro y quería anotarlas y empezar a trabajar sobre ello...

-Umm que bien huele por aquí-, dijo mi Ángel cuando llegó a la cocina vestido con su pantalón azul marino, su camisa blanca, su corbata verde que hacía juego con sus dos esmeraldas llamadas ojos y su pelo indomable con cada punta del mismo apuntando en una dirección diferente...

-Si huele bien entonces sabrá mejor-, contesté sonriendo mientras le indicaba que se sentase a desayunar...

Estuvimos un rato charlando mientras terminábamos el desayuno, acordamos que nos veríamos en su casa por la tarde para recoger sus cosas y traerlas a mi apartamento, me hace mucha ilusión saber que él tenía tantas ganas como yo de estar conmigo, despertarme con él a mi lado era una sensación que no se podía comparar a nada en el mundo...

Después que mi Dios se fue, me di una ducha para despejarme, me vestí y me marché rumbo a la librería, mi día transcurrió de manera muy rápida ya que estuve prácticamente toda la mañana colocando libros que llegaron nuevos y atendiendo pedidos que tenía atrasados, incluso tuve un rato para sentarme y empezar a escribir mi tan ansiado libro, hasta ahora las páginas de mi obra maestra estaban en blanco porque no tenía ningún sentimiento digno de mención pero ahora, mi corazón desbordaba sentimientos y eso hacía que mi cabeza funcionase a una velocidad frenética agolpando mis ideas sobre el papel...

Aún no tenía claro como iba a desarrollar la historia, lo que si tenía claro es que sería romántica porque así es como me sentía en este momento y también tenía claro como se iba a llamar, mi libro se titularía "Deseos"...

Al mediodía quedé a comer con mi cuñada Alice en un restaurante japonés cerca de mi trabajo, mi cuñada desbordaba vitalidad por todos los poros de su cuerpo, estaba ansiosa por la próxima boda, decía que ya tenía pensado como sería mi traje de novia, ella misma se estaba encargando del diseño y además, ya tenía listos los vestidos de las damas de honor que, según ella, serían espectaculares...

Aún no se lo había dicho a mi madre aunque tenía pensado llamarla esa misma tarde para ir el fin de semana a Phoenix a hacerle una visita y así de paso darle la buena noticia, no le quería decir que Edward me acompañaba para no desvelar la sorpresa hasta que nos viese en el aeropuerto, Alice estaba ansiosa porque René supiese lo de la boda para así poder incluir a mi madre en los preparativos, la única que quedaba al margen de todo era yo, había dado carta blanca a mi cuñada para hacer o deshacer a su antojo y ella estaba fascinada con el encargo, era como darle un juguete a un niño...

Volví a la librería a terminar algo de trabajo que me quedaba pendiente mientras hacía tiempo antes de ir a casa de los Cullen, así que aproveché para llamar a mi madre que seguramente estaría en casa...

-¿Diga?-, sonó la voz de mi madre al otro lado de la línea después del cuarto timbrazo...

-Mamá soy yo, Bella, ¿cómo estas?-, pregunté mientras rodaba los ojos al darme cuenta de que mi propia madre aún no reconocía el teléfono de su propia hija...

-Bella hija mía, lo se, lo se, no me regañes por no reconocer tu número, es que aún no lo he grabado en mi teléfono-, respondió mi madre conociendo de antemano lo que yo estaba pensando, la verdad es que mi madre siempre decía que yo soy como un libro abierto y en eso no se equivocaba...

-Vale mamá te perdono por esta vez, y dime, ¿cómo van las cosas por allá?-, le dije riendo mientras le quitaba importancia a la absurda situación,nunca podría enfadarme con mi madre aunque lo intentase, la amaba demasiado aunque a veces se invirtiesen los papeles y pareciese que yo era la madre y ella la hija...

-Pues bien, aquí trabajando mucho y Phil anda de viaje con sus cosas del equipo, por lo demás no nos podemos quejar, ¿y tú como estas, como está Charlie?-,contestó mi madre...

-Está todo bien mamá, yo también estoy trabajando mucho y papá ya sabes, su trabajo y su pesca, por cierto, este fin de semana tenía pensado pasarlo contigo y Phil ahí en Phoenix, ¿tienes algo que hacer?-, pregunté intentando reprimir las ganas que tenía de decirle la verdad, que me iba a casar y que iría con Edward, estaba tan feliz que tenía ganas de gritarlo a través del teléfono pero debía contenerme y esperar, así la noticia sería mas impactante...

-Si hija, si, ven a verme, te echo mucho de menos, lo pasaremos muy bien-, respondió mi madre casi gritando a través del teléfono debido a la alegría que le dio el saber que iría a visitarla...

-Vale mamá, pues el jueves te llamó para avisarte de la hora y el número de vuelo, ahora te tengo que dejar que tengo que acabar unos pendientes-, le respondí después de tener que separar el teléfono de mi oído un momento debido a los gritos de mi madre...

-De acuerdo hija, prepararé tu habitación para cuando vengas, espero tu llamada para que me des los datos del vuelo y para ir a buscarte al aeropuerto, adiós, te quiero-, dijo mi madre antes de colgar...

La tarde pasó con rapidez hasta que llegó la hora de ir a casa del hombre de mi vida a buscarle, lo echaba mucho de menos, a pesar de que me había estado mandando mensajes de texto durante todo el día recordándome lo que me amaba y las ganas que tenía de verme...

Cuando llegué a casa de los Cullen saludé con mucho cariño a Esme y Carlisle que se encontraban allí, los demás aún no habían llegado porque estaban trabajando, pregunté por Edward y Esme me indicó que estaba en su dormitorio recogiendo sus cosas, también me dijo que a ella le daba mucha alegría que su hijo se viniese a vivir conmigo que esa era una buena manera de recuperar el tiempo perdido, decía mientras me guiñaba el ojo con complicidad haciendo que mis mejillas se sonrojasen con rapidez...

Subí los escalones casi de dos en dos, las ganas de abrazar a Edward eran cada vez mas grandes, cuando llegué a su cuarto y abrí la puerta me encontré a mi Ángel guardando su ropa en una maleta haciendo que su cara se virase en dirección a la puerta regalándome una sonrisa que juro me robó el aliento y me detuvo el corazón...

Acorté en dos pasos grandes la distancia que nos separaba y me entregué a sus brazos que estaba abiertos preparados para recibirme robando un tierno y dulce beso de sus labios...

-Hola amor mío,que alegría me da tenerte de nuevo entre mis brazos, me sentía extraño sin el contacto de tu cuerpo, sin ti, se me ha hecho muy largo el día-, susurró Edward a mi oído exhalando su aliento adictivo y dulce sobre la sensitiva piel del lóbulo de mi oreja...

-Yo también te extrañé, ahora me siento completa de nuevo, ahora que estas aquí a mi lado-, respondí besándole nuevamente...

Terminamos de guardar todas sus pertenencias en la maleta y nos fuimos rumbo a mi apartamento, Edward me contó que oficialmente ya estaba trabajando en el hospital de Forks como pediatra y yo le hablé de mi conversación con René y le dije que no había mencionado nada sobre que él me acompañaba para darle la sorpresa a mi madre...

Cuando llegamos a casa,acomodamos su ropa en mi armario ya que yo le había dejado hueco y decidimos preparar una cena romántica para celebrar nuestra primera noche viviendo juntos...

Fue una velada maravillosa, nos bebimos una botella entera de vino mientras recordábamos cosas de cuando éramos niños y hablábamos de nuestros planes futuros, Edward me dijo que le apetecía que antes de navidades hiciésemos un viaje y había pensado ir a visitar las Islas Canarias, tenía un amigo que le había hablado maravillas de la isla de Lanzarote, le decían que era una isla mágica por la cantidad de volcanes que había y sus paisajes áridos y rojizos, a mi me pareció una idea maravillosa, realmente ir al polo norte a visitar a los pingüinos también sería una fantástica idea siempre y cuando estuviese con él...

Esa noche nos amamos con calma, con sosiego, deleitándonos con el sabor de nuestros cuerpos, saciando el placer de nuestros sentidos y emborrachándonos con el éxtasis de nuestros besos, Edward estaba deseando que quedase embarazada a pesar que yo le decía que debíamos esperar a después de la boda pero él siempre me decía lo mismo, que ya habíamos esperado bastante por todo, ya no quería esperar mas, nunca mas...

La semana transcurrió tranquila, Edward iba al hospital a trabajar mientras yo atendía la librería, llamé a mi madre el jueves para decirle que llegaba el viernes por la tarde para que me fuesen a buscar al aeropuerto, no sabía ella la sorpresa que se iba a llevar cuando me viese en compañía de Edward, mi madre siempre le tuvo mucho cariño, incluso mas de una vez me decía que a ella le gustaría que terminásemos juntos que ese era su deseo, lo que ella nunca supo es que también era el mío y el de Edward...

Por fin llegó el viernes, Edward acudió al hospital para atender a unos pacientes y yo fui a la librería a terminar unos asuntos que tenía pendientes para dejarlos hechos hasta el lunes que regresaba, al mediodía Edward me recogió como habíamos acordado y nos fuimos al aeropuerto, una vez que facturamos el poco equipaje que teníamos decidimos ir a tomar un tentempié a unas de las cafeterías del aeropuerto hasta que oímos por megafonía que llamaban a los pasajeros con destino a Phoenix a embarcar...

Una vez dentro del avión nos abrochamos los cinturones, hasta que despegamos rumbo a mi otra casa, estaba algo ansiosa, tenía ganas de ver a René la echaba mucho de menos además, moría por ver la cara que pondría cuando me viese aparecer junto con Edward...

Después de una hora de vuelo una idea comenzó a rondar mi cabeza, me daba un poco de vergüenza decírselo a mi Edward pero es que estaba pensando la posibilidad de hacer realidad una de mis fantasías, la verdad es que no se de donde había salido esta vena tan morbosa y aventurera, creo que Edward sacaba a flote todos estos sentimientos de mi, empecé a ponerme algo nerviosa por lo que estaba pensando, notaba que un calor estaba empezando a llenar mi cuerpo y gotas de sudor comenzaban a caer por mi frente...

-¿Te encuentras bien amor mío?, de repente te noto algo nerviosa-, preguntó Edward mirándome fijamente mientras dejaba en su sitio la revista que estaba leyendo...

-Bueno, es que, bueno, yo, es que-, empecé a tartamudear sin ser capaz de formar una frase completa con algo de coherencia mientras mi rostro comenzaba a adquirir un rojo intenso...

-Amor, ¿te estás ruborizando?, dime lo que piensas por favor-, preguntó mi Ángel sonriendo mientras no dejaba de mirarme...

-Verás Edward es que yo tengo desde hace tiempo una fan...,déjalo vida mía, me siento ridícula, no me hagas caso, por favor-, casi le dije rogándole para que olvidase lo que le iba a decir pero, mirándole a los ojos me di cuenta de que estaba disfrutando mucho de la situación y que no tenía pensado dejarlo pasar...

-Ah no, de eso nada señorita, ahora me vas a decir lo que pasa por esa cabecita, quiero saber el motivo de esos temblores, ese sudor frío y ese sonrojo, ¿acaso estás pensando algo sucio y morboso, pervertida mía?-, susurró mi Dios en mi oído provocando que mi sonrojo aumentase, mi corazón se acelerase y mi excitación se hiciese muy palpable sobre todo en mi ropa interior, así que me armé de valor y movida por una determinación que no sabía que tenía se lo solté...

-Muy bien, verás desde hace tiempo tengo una fantasía, siempre he querido hacer el amor en los baños de un avión-, respondí muy bajito para que sólo él pudiese oírme sin atreverme si quiera a mirarle de la vergüenza que me provocaba mi corportamiento, como si fuese una quinceañera hormonada...

De repente y casi sin darme cuenta Edward me levantó del asiento sujetándome del brazo y me llevó a gran velocidad al baño que afortunadamente estaba vacío, una vez dentro cerró la puerta, se giró aprisionando mi cuerpo contra la pared y comenzó a delinear mi rostro y mi mentón con su nariz como si estuviese oliéndome...

-No sabes lo excitado que me pone que tengas estas fantasías así que, ¿porqué no me demuestras en que consiste tu perversa locura?-, susurró mientras iba depositando besos suaves por mi rostro, cuello llegando hasta el nacimiento de mis pechos...

Estaba muy excitada, el momento era perfecto, yo estaba húmeda, Edward estaba mas que dispuesto ya que su miembro pedía a gritos atención y mi fantasía se iba a cumplir así que hice lo único que mis primitivos instintos me pedían en ese momento, de un solo movimiento desabroché los pantalones de Edward mientras bajaba los míos, una vez que su miembro estuvo libre de la opresión de su ropa interior y mis bragas caían hacia mis tobillos senté a mi Ángel encima de la tapa del water y sin pensármelo me senté a horcajadas sobre él introduciendo su miembro en mi interior de una sola embestida provocando que ambos gimiésemos en el oído del otro...

-Así reina mía, demuéstrame quien lleva el control, domíname amor mío-, dijo Edward entre jadeos provocando que mi fuego interior aumentase llevándome al orgasmo junto a mi Dios...

Una vez que arreglamos nuestras ropas Edward salió del baño depositando un suave beso en mis labios, yo me quedé un rato mas refrescando mi rostro e intentando arreglar algo mi aspecto que se veía bastante desaliñado, ya estábamos a punto de llegar y quería estar presentable para ver a mi madre...

-Ha sido maravilloso amor, espero que me hables de tus fantasías mas a menudo para hacerlas realidad-, susurró Edward cerca de mi oído sonriendo cuando llegué del baño para ocupar mi asiento, yo solo me ruboricé sin decir nada...

Llegamos a Phoenix, estaba muy nerviosa, moría de ganas de abrazar a mi madre, cuando volvía a verla me daba cuenta de cuanto la extrañaba, cuanto la necesitaba, porque Charlie era un padre maravilloso pero había momentos en los que necesitaba a mi madre...

Una vez que recogimos el equipaje salimos por la puerta corredera a la sala de espera y allí estaba mi madre, maravillosa como siempre, con su aspecto de niña, enfundada en sus pantalones vaqueros que dejaban ver a una mujer que aún mantenía un buen cuerpo, hasta que me vio y empezó a correr en mi dirección, yo me adelanté ya que Edward me animó a hacerlo mientras quedaba en un discreto segundo plano para no interferir en el emotivo encuentro madre-hija...

-Dios Mio bebé que preciosa estás, como te he extrañado hija-, gritó mi madre con los ojos abnegados en lágrimas mientras me abrazaba con fuerza...

-Hola mamá, que alegría me da verte, yo también te he echado mucho de menos, estoy muy feliz de venir a verte-, le contesté mientras correspondía a su abrazo...

Una vez que decidimos que nos habíamos besado y abrazado suficiente, me separé de mi madre para darle la noticia de que venía acompañada aunque ella se me adelantó...

-Edward, Edward hijo, que alegría volver a verte, pero dime, ¿te has encontrado con Bella aquí en el aeropuerto?, que coincidencia mas agradable-, decía mi madre mientras abrazaba y besaba a mi Edward correspondiendo él a sus muestras de cariño...

-No mamá, la verdad es que no ha sido coincidencia, Edward viene conmigo, hemos venido juntos desde Forks porque queremos hablar contigo y con Phil-, respondí antes de que lo hiciese Edward ya que sabía que él quería que fuese yo la que le diese la noticia...

-Oh Dios mío, oh Dios mío, no me lo puedo creer, ¿para cuando Bella, será niño o niña?, ay que tonta seguro que todavía es muy pronto para saberlo, que alegría hija, voy a ser abuela, felicidades a los dos-, decía mi madre casi gritando mientras nos besaba a uno y a otro de manera alterna, Edward se reía sin decir nada y yo no podía creer lo que oía...

-Pero mamá, ¿qué estás diciendo, de que hablas?-, pregunté sorprendida por su reacción mientras veía que Edward no dejaba de reírse...

-¿Cómo que de que hablo?, es evidente, hablo de tu embarazo, imagino que habéis venido juntos a Phoenix para darnos la nueva buena ¿no?-, preguntó mi madre mirándome sorprendida como si lo que estaba diciendo fuese obvio y evidente, Edward seguía sin pronunciar palabra y no paraba de reírse...

-Ay mamá, ¿estás tu también como papá?, que ganas tenéis todos de que me quede embarazada, pues no, siento decirte que no estoy embarazada, veníamos a deciros que nos vamos a casar dentro de seis meses-, le contesté sin dejar de mirarla mientras oía las risas contenidas de Edward...

-¿Casaros, esa es la noticia?, yo pensaba que estabas embarazada, y digo yo, lo de la boda está muy bien pero, ¿cuando la vas a dejar embarazada?,- preguntó mi madre directamente a Edward que no dejaba de sonreír...

-Mamá, como eres tan descarada, ¿que clase de pregunta es esa?, y dime ¿porqué no te sorprende que nos casemos?-, recriminé a mi madre mirándola mientras de reojo veía a Edward que seguía sonriendo, estaba disfrutando bastante con la situación, maldito....

-Hija mía, no te enfades, estoy muy feliz de que os caséis, pero eso era algo evidente, todos estábamos convencidos de que esto llegaría algún día, los únicos que negabais lo evidente erais vosotros así que, llegados a este punto, yo quiero ser abuela, y cuanto antes mejor-, respondió mi madre mientras nos encaminaba rumbo al parking para coger el coche e ir a casa donde estaría Phil esperándonos...

Yo estaba completamente atónita por la reacción que había tenido mi madre, que además se parecía mucho a la de mi padre, está claro que todos en la familia tenían ganas de ser abuelos, si no nos casásemos la única que se llevaría un disgusto sería Alice porque no podría organizar la boda, el resto estaría como si nada...

Llegamos a casa de mi madre y una vez que acomodamos nuestras maletas y saludamos a Phil que se encontraba allí esperándonos, decidimos salir a pasear por la playa y cenar en un restaurante que estaba a orillas del mar, una vez que terminamos y después de dar otro bonito paseo mientras hablábamos de todo lo que había acontecido en nuestras vidas hasta ese momento, llegamos a casa...

-Bueno Edward, demás está decirte otra vez que quiero ser abuela así que, no me decepciones y cumple como todo un hombre, no os preocupéis por los ruidos ya que mi habitación está al otro lado del pasillo-, y dicho esto nos dio un beso de buenas noches y se fue a dormir...

Me quedé estática ante las palabras de mi madre, no podía creer lo que había escuchado, mi madre estaba animando a Edward para que me dejase embarazada, la verdad es que la situación rayaba lo ilógico, y ahí estaba mi Dios personal mirándome con esa sonrisa torcida que me desarmaba mientras tomaba mi mano rumbo a la habitación, una vez que nos pusimos el pijama y nos metimos en la cama sentí que Edward empezaba a reír con fuerza...

-Vale Edward mejor no hagas ningún comentario al respecto, esto ha sido muy bochornoso, por lo general mi madre no se comporta así, estoy avergonzada-, le dije en voz baja mientras sentía que mi rostro se volvía de un rojo intenso y notaba que Edward no dejaba de reír...

-Ay cielo, a mi me parece que la situación ha sido muy divertida, tu madre es una persona maravillosa, ya ves que todos coinciden en lo mismo así que, ¿que te parece si empezamos a encargar al niño?-, dijo Edward de manera insinuante mientras se colocaba sobre mi sonriendo de manera seductora...

-Amor mío eres imposible, ahora me doy cuenta de que estás tan loco como mi familia, y yo que pensaba que me casaba con alguien mas coherente-, bufé sonriendo mientras movía mi cabeza de un lado a otro y acariciaba a mi Ángel la espalda...

-Sí amor mío estoy loco, pero loco por ti-, respondió mi amor besándome con pasión y así nos perdimos uno en los brazos del otro...

Pasamos un fin de semana maravilloso en el que mi madre aprovechaba la mas mínima oportunidad para avergonzarme con el tema del embarazo mientras Edward sonreía y Phil la regañaba con cariño, acordamos que cuando regresásemos a Forks hablaría con Alice para que se pusiese en contacto con mi madre para todo lo referente a la boda...

Llegamos nuevamente a nuestra casa y después de sacar el equipaje y prepararnos algo rápido de cenar decidimos irnos a la cama ya que al día siguiente teníamos que trabajar y estábamos exhaustos del viaje...

Así transcurrió una semana tras otra, decidimos que iríamos unos días a visitar la isla de Lanzarote antes de la llegada de la navidad así que Edward buscó los billetes y el alojamiento, en dos días nos íbamos rumbo a España concretamente a las Islas Canarias a pasar unos días de descanso en la paradisíaca y volcánica isla de Lanzarote, estaríamos una semana ya que la siguiente semana ya era noche buena y deseábamos estar junto a la familia...

El día antes de irnos estábamos en casa de los padres de Edward todos reunídos, Edward jugaba a la consola con Emmet, Alice estaba colgada del teléfono hablando con mi madre sobre los preparativos de la boda, Jasper y Carlisle veían un documental en la televisión y Esme, rosalie y yo hablábamos animadamente cuando un fuerte dolor de estómago me obligó a salir corriendo al baño, vomité todo lo que había comido creo desde que nací, porque la verdad nunca había vomitado tanto...

Enseguida Edward estaba a mi lado con un vaso de agua mientras secaba el sudor frío de mi frente con una toalla, después que me recompuse y convencí a mi querido novio que estaba bien y que quizás me había sentado algo mal de la comida, acompañé a Esme a la cocina porque me dijo que fuese con ella que me prepararía una manzanilla...

-Bella hija, ¿hace mucho que tienes estas nauseas y mareos?-, preguntó mi suegra mirándome fijamente mientras me daba la manzanilla...

-Bueno Esme la verdad es que llevo ya unos días que no me siento muy bien, me noto cansada y he vomitado alguna que otra vez, pero no le he dicho nada a Edward para no preocuparle, quizás es que tengo cansancio acumulado, o las emociones, no se-, contesté mientras bebía poco a poco la manzanilla...

-Bella cielo, ¿has contemplado la posibilidad de que estés embarazada, es eso posible?-, preguntó Esme mientras me miraba con cariño sonriéndome...

-Es posible Esme, ya lo he pensado, lo que pasa que no quiero decirle nada a Edward aún, el periodo me tiene que venir la semana que viene así que, mejor dejo pasar esta semana, disfruto en Lanzarote de unos días de descanso y cuando vuelva ya veremos-, respondí a mi suegra mirándola mientras una lágrima de felicidad rodaba por mi mejilla...

En el fondo de mi corazón anhelaba y deseaba un embarazo, una parte de Edward y mía, una muestra de nuestro amor, entrega y pasión...ahora ese era mi deseo...

Hola gente guapa, aquí otro capítulo meloso y romántico de nuestra pareja preferida, él mas preferido que ella..¿verdad?...bueno ya saben que a mi no me gusta el drama y es por eso que la mayoría de mis historias no son dramáticas porque la verdad, ya hay bastante drama en el mundo para añadir mas así que, me gusta que cuando la gente se siente a leer lo que lee le llegue al corazón no que se lo encoja de angustia, lo digo porque hay personas que me han dicho que la historia es algo melosa..pues si, algo no, mucho, mucho, mucho, Dios los cría, ellos se juntan y yo hago que se revuelquen bajo las sábanas y que se den mucho amor...así que, ya saben lo que espero, si les gusta me lo hacen saber y sino..pues también...todo con tal de que me dejen algún review...creo que lo merezco ya que publico todas las semanas...por favor...

Bueno mañana es jueves y eso ¿qué significa?, que toca actualización de Mírame,Tócame,Bésame...ay mis pervertidas lindas que yo sé que os gusta esta historia y el viernes toca Dama de Compañía....

Besotes (petonets) desde Canarias. Vuestra amiga Susana.